En la sonrisa que brota
del corazón en la vida
en tu mirada se nota.
El hombre y su corazón
de sol, intenta forjar,
una perfecta rosa azul.
El corazón
rojo e iracundo, mató…
ciego y sin razón.
Sólo en tu regazo
el corazón encendido
logra calma.
Tus labios rojos
embelesan la noche
y la iluminan.
Sin razón ni corazón
no hay color ni nada hay.
Hombre, más sombra que sol.
Hay que amar y para amar
hay que tener corazón.
Verde, noble trajinar.
Busco tu corazón
sin él no existe la pasión
inventiva y verde.
Abraham Peralta Vélez
Abraham Peralta Vélez