El arroz me recuerda a mi abuelo Pascual,
la estación de Azanaque
y los trenes que iban y venían
de Córdoba a Sevilla
y de Sevilla a Córdoba.
El arroz me recuerda
las paellas que hacía mi tío
Antonio,
las que hace mi primo
Pascual Sanchís Domínguez.
El arroz me recuerda el dulce arroz con
leche
que hacía mi tía Vicenta
deificando el limón y la canela.
Me recuerda el arroz tantos recuerdos.
Cierro los ojos. Veo. ¡Ah, Dios mío
lo que veo!
Aires de ayer, lunas de ayer, soles de
ayer.
Mis muertos resucitan.
Vísperas. Días de fiesta.
Comidas en familia. Alegría.
Tiempos aquellos tiempos
que el tiempo se llevó.
El arroz, el arroz, hoy, me devuelve
mis días más entrañables,
mis rubias ilusiones de azafrán,
mis fantasías de sal y aceite virgen,
de oliva y verdes, verdes
substanciales.
El arroz. Veo a mi madre y veo a mi
hermana.
Veo a mis tías y a mis tíos. Veo a
mis primos.
Veo a mis bellas sobrinas. A mis
sobrinos veo.
Veo y veo a mis seres queridos.
El arroz y Azanaque y mi abuelo
Pascual,
Pascual Sanchis Sanchis, tan
valenciano él,
y el primero en cultivar arroz en
tierras andaluzas.
En verdad el arroz es una maravilla,
ya que en un simple grano de arroz
caben mil vidas,
que es más y más que vida el arroz.
¡Oh, arroz mío! Mi arroz que, grano a
grano,
llena y llena mi boca de poesía,
que es poesía el arroz y corazón
latiente.
El arroz me recuerda...
¡Ay, cómo me recuerda a mi abuelo
Pascual!
...La estación de Azanaque
y los trenes que iban y venían...
JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Colonia San Rafael. México D. F. 12
Marzo 2013
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EL ARROZ |