miércoles, 13 de marzo de 2013

EL ARROZ


El arroz me recuerda a mi abuelo Pascual,
la estación de Azanaque
y los trenes que iban y venían
de Córdoba a Sevilla
y de Sevilla a Córdoba.
El arroz me recuerda
las paellas que hacía mi tío Antonio,
las que hace mi primo
Pascual Sanchís Domínguez.
El arroz me recuerda el dulce arroz con leche
que hacía mi tía Vicenta
deificando el limón y la canela.
Me recuerda el arroz tantos recuerdos.
Cierro los ojos. Veo. ¡Ah, Dios mío lo que veo!
Aires de ayer, lunas de ayer, soles de ayer.
Mis muertos resucitan.
Vísperas. Días de fiesta.
Comidas en familia. Alegría.
Tiempos aquellos tiempos
que el tiempo se llevó.
El arroz, el arroz, hoy, me devuelve
mis días más entrañables,
mis rubias ilusiones de azafrán,
mis fantasías de sal y aceite virgen,
de oliva y verdes, verdes substanciales.
El arroz. Veo a mi madre y veo a mi hermana.
Veo a mis tías y a mis tíos. Veo a mis primos.
Veo a mis bellas sobrinas. A mis sobrinos veo.
Veo y veo a mis seres queridos.
El arroz y Azanaque y mi abuelo Pascual,
Pascual Sanchis Sanchis, tan valenciano él,
y el primero en cultivar arroz en tierras andaluzas.
En verdad el arroz es una maravilla,
ya que en un simple grano de arroz caben mil vidas,
que es más y más que vida el arroz.
¡Oh, arroz mío! Mi arroz que, grano a grano,
llena y llena mi boca de poesía,
que es poesía el arroz y corazón latiente.
El arroz me recuerda...
¡Ay, cómo me recuerda a mi abuelo Pascual!
...La estación de Azanaque
y los trenes que iban y venían...

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Colonia San Rafael. México D. F. 12 Marzo 2013


EL ARROZ

Lectura poética de la semana: Juan Ramón Jiménez, Eternidades

Juan Ramón Jiménez
El libro Eternidades, de Juan Ramón Jiménez, ha sido, para mí, un regalo celestial, desde que lo encontré en alguna librería de viejo. Con él juego siempre y he invitado a mis amigos a su fortuna: abre una página al azar y llévate un poema, como el pajarito de la suerte o las galletas chinas: nunca sabes tu destino, pero está escrito y resplandece encerrado en las Eternidades.

Este libro, Eternidades, de Juan Ramón Jiménez, contiene precisión, síntesis, elegancia y sabiduría, aposturas que distinguieron siempre a este poeta andaluz. Si algo nos enseñó, sería su actitud infatigable para encontrar la expresión pura, sin requiebros emotivos, ni versos arrítmicos, ni gimoteos propagandísticos..., con plena autoridad y empeño sobre su escrito.

Eternidades se puede comenzar desde cualquier sitio, y mejor abrirlo así y llevarnos el encanto del azar. Hoy me tocó abrirlo en la página 103 con el poema XCI llamado "Canción".

XCI
CANCIÓN 
Me colmó el sol del poniente
                          el corazón de onzas doradas.
                          Me levanté, por la noche,
                          a verlas. ¡No valían nada!

                          De onzas de plata, la luna
                          de madrugada llenó mi alma.
                          Cerré mi puerta, en el día,
                          por verlas. ¡No valían nada! 


 JUAN RAMÓN JIMÉNEZ