Me
rehúso al uso del
banquero
hacer uso y desuso del
humano
cual moneda de cambio a trasmano
ser dinero y dinero más dinero.
Me rehúso a ser el carcelero,
al embargo, a creerme soberano,
y no ser y ser más que un tirano
al prestar y endeudar al prisionero.
A ser crisis, suicidio, ser fracaso,
a privar tu malvida que te muerde.
Me rehúso a creer en el engaño.
Porque la vida es río, paño extraño,
uno anda aquí de paso y de paso
uno come y bebe, ama y pierde.
Abraham Peralta Vélez, 18 de junio de
2012.