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Foto: fecipa.blogspot.com |
Herido de pobreza, de esperanza,
el Perro en vida marcha alicaído,
rumiando sueños, tiempo adolorido,
rebelde a la tregua en su añoranza.
El Perro no halla su propia alianza,
anda entre callejones descreído,
aunque mil sueños ha acometido,
en pie y alegre, siempre a lontananza.
Bulle, sin dar descanso a Dios, a ultranza,
en geometrías paradisiacas, nidos,
donde no se está en la pobreza herido
¡Y vuelve y vuelve a la andanza!
El Perro, el Hombre, el Alarido,
¡ay, Dios!, de la energía el Quejido,
a intentar perpetuarse en la mudanza.
26 de febrero de 2011, Tarde de sol.