miércoles, 7 de agosto de 2013
Haikú Matsuo Bashó
ILUSTRACIÓN elaborada por Abraham Peralta Vélez de un Haikú del poetamístico Matsuo Bashó.
Traducción:
Teresa Herrero, Jesús Munárriz.
Extraído de: El Rincón del Haiku
TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma
![]() |
Dibujo: Abraham Peralta Vélez |
Ebrio, me duermo.
¡Y en la piedra florecen
las clavellinas!
Matsuo Bashó
Traducción:
Teresa Herrero, Jesús Munárriz.
Extraído de: El Rincón del Haiku
TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma
Disertación poética
Aunque tengan el mar en cada orilla,
aunque tengan la hierba entre sus pies,
aunque tengan la lluvia, la sed, las moscas,
aunque tengan la flor, la abeja,
el vaso lleno de agua,
aunque tengan la miel,
la sal, las espinacas y el llanto,
aunque tengan las nubes,
las estrellas y el maíz,
el colibrí, el lodo, el sudor, los ahuehuetes,
aunque tengan un vientre, el semen, un alma
que jamás envejece, aunque tengan,
jamás el corazón descalzan, ni
de flor en flor desabotonan
del infinito mar, las olas,
ni desnudan de su anillo al amor,
ni respiran el suave palpitar de mariposa,
ni jamás su corazón
en la nubes se encuentra,
su corazón que es mar, hierba, sed, moscas, nubes...
Aunque tengan la Música,
al Quijote, la danza, el haikú...
Aunque tengan, no tienen, desean,
creen que son más que el aire que respiran
y acumulan monedas falsas
y se sienten propietarios
y creen en Dioses pasajeros.
Se agrupan en cercos,
ajenos los unos, de los otros.
Van y vienen, sin ir ni venir.
Creen que sus institutos, sus juzgados,
sus monumentos, sus sabios, sus atletas,
sus poderes...
se encuentran por encima
de una mota de polvo del camino.
No ven los aletazos de estrellas,
ni sienten el dolor que día a día
pasa a pasos de mula vieja entre sus calles.
Cuando besan, no besan,
ni aman, cuando dicen hacer el amor.
Más bien les estorba la vida.
Si el mar se asoma, cierran puertas
y ventanas y tienen miedo.
Están muertos. Bien muertos.
Se dicen seres humanos,
pero yo aún no sé lo que sean.
Simulan ser y estar,
cuando no son, ni están.
Y hay millones de vivos, muertos,
que son apenas un ascua de energía
de los surcos del sol en la tierra,
de los ecos de amor en el aire.
Abraham Peralta Vélez 6 de agosto 2013
TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma
aunque tengan la hierba entre sus pies,
aunque tengan la lluvia, la sed, las moscas,
aunque tengan la flor, la abeja,
el vaso lleno de agua,
aunque tengan la miel,
la sal, las espinacas y el llanto,
aunque tengan las nubes,
las estrellas y el maíz,
el colibrí, el lodo, el sudor, los ahuehuetes,
aunque tengan un vientre, el semen, un alma
que jamás envejece, aunque tengan,
jamás el corazón descalzan, ni
de flor en flor desabotonan
del infinito mar, las olas,
ni desnudan de su anillo al amor,
ni respiran el suave palpitar de mariposa,
ni jamás su corazón
en la nubes se encuentra,
su corazón que es mar, hierba, sed, moscas, nubes...
Aunque tengan la Música,
al Quijote, la danza, el haikú...
Aunque tengan, no tienen, desean,
creen que son más que el aire que respiran
y acumulan monedas falsas
y se sienten propietarios
y creen en Dioses pasajeros.
Se agrupan en cercos,
ajenos los unos, de los otros.
Van y vienen, sin ir ni venir.
Creen que sus institutos, sus juzgados,
sus monumentos, sus sabios, sus atletas,
sus poderes...
se encuentran por encima
de una mota de polvo del camino.
No ven los aletazos de estrellas,
ni sienten el dolor que día a día
pasa a pasos de mula vieja entre sus calles.
Cuando besan, no besan,
ni aman, cuando dicen hacer el amor.
Más bien les estorba la vida.
Si el mar se asoma, cierran puertas
y ventanas y tienen miedo.
Están muertos. Bien muertos.
Se dicen seres humanos,
pero yo aún no sé lo que sean.
Simulan ser y estar,
cuando no son, ni están.
Y hay millones de vivos, muertos,
que son apenas un ascua de energía
de los surcos del sol en la tierra,
de los ecos de amor en el aire.
Abraham Peralta Vélez 6 de agosto 2013
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