Es la memoria del olvido,
es la memoria de la herida,
es la memoria que sangra
de la herida
abierta de par en par al amor
quien puede abrir y desarmar
la pátina de odio
y hundir el crucero del aroma
a los imbéciles.
En tanto que, quien olvida sus heridas
está condenado a herir,
en el hondo desierto de su herida.
Abraham Peralta Vélez
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TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma