domingo, 23 de mayo de 2010

Coplas para llorar como regadera y en la regadera

Cuando muere el amor
la nube se hace tierra
los tristes enamorados
buscan vida en la pena
cosechan besos pasados
y encaran pasiones nuevas.


Desnudo reclamo al Sol
qué pasó con las praderas
porqué mató al ruiseñor
qué de nuestras arboledas
ay, de nuestro pobre amor.


El viento apaga las velas
nadie gobierna su vida
la Muerte es la petenera
de mi canto de la huída
ella gobierna mis penas
y también mis alegrías.


Yo nunca quise herirte
lucerito de mi vida
pero quiso el caballo irse
pues una espina traía.


A mí se me fue un querer
al no decirle lo que sentía
y tiempo después me dijo:
ay, cuanto que te quería.


Ey, libérate de tu jaula
triste canario nocturno
y levántale la enagua
a la muerte sin tapujos
para que vivan las aguas
de tus anhelos taciturnos.

Ey, búrlate de la parca
sino tú serás el prieto
que mate a las nubes blancas
con tu muerte de hombre serio.

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