viernes, 4 de marzo de 2011

ALGO SOBRE MUJERES, HOMBRES Y LA POESÍA


Ciega, llana luz. La farsa grita, a cada paso, en lo que se ve. La mujer menuda no necesita dietas y el hombre, viril verdadero, no necesita lustrar sus zapatos. No abundante, la belleza es mínima, pero sincera. Si supieran que hay detrás de la virgen, seguro, entrarían en un abismo. ¿Saben quién es la mujer solar? Lo saben, por ello, prefieren adorarla a lo lejos. ¿Quién es el del traje de la hombría? Tal vez más marica que el cristal. El hombre ni borracho, ni mujeriego, ni escándaloso. Las flaquezas han sido idolatradas. Aunque cabe también la duda en el gimnasta. De tanta contaminación de luz, nunca se ven las estrellas, ni se verán despejada la neblina. Los pétalos han engañado el tacto y el espíritu, intocable, nunca está terminado.El placer de la masturbación. Entonces, ¿nunca te amé, amada mía? El hombre, nunca ha conocido a las mujeres, por ello, la poesía. Los dildos, los pétalos, se humedecen y terminan. El amor nunca acaba, por tal su gracia, también, el regreso a la herida. Sin ilusión la muerte. Aunque hay que distinguir la farsa, del vitalismo poético. Hay espejos y hay puentes. A veces, lo hipotético ha dado en el alma.   

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