jueves, 18 de abril de 2013

El conocimiento babélico y boba-licón



-Leer y escribir, ¿para qué Doctor Alfayate?
-Ah, eso, para coser y coser, mientras no coso lo que coso.
-¿Cómo? ¿Acaso cose usté? Le pregunté de lo escribir. ¿Qué no usté es escritor?
-Sí. Por eso, cuando no coso, tejo. Nunca no escribo, siempre tejo.
-¿Quién le entiende? ¿Y para qué hace por eso?
- Ah, para nada. Y para no vivir no pobre; unos pesos siempre no pierdo, sino gano.
-¿Entons, teje, usté, también Doctor Alfayate?
-No, sí. Tejo y tejo y cuando no tejo, coso.
-Mmta. ¿Y pa'qué teje su coso ese?
-No, para nada. Yo coso trajes no para todos, sino para nada. Y dinero buen excéntricos algunos de el gobierno me dan. Para la gente, cuando trajes cosía, algo incómodos y desfachatados, por cierto, me daba nadie ni un céntimo, es más, para que dejará de coser, me perseguía el gobierno. Pero desde que, para nada, hago trajes, como de toros una corrida, como de las vegas los tragamunedas, como un goleador futbolista, rico soy. Becas y premios me han sido dados por el gobierno.  La tela entre más se enreda por mí y lo pantalones que a nadie le fajan, mejor.
-¿Pero, pus, cómo, Alfayate?
-Doctor, dígame, por favor, mi especialización me ha costado.
-¿Especie en qué, perdón?
-Especialización, don Rutilio. Mi especialización, que un doctorado es, se tituló: El por qué la seda es seda si no es seda la seda cuando es seda la seda; teoría de la pura puridad compleja de la pura puridad de la seda pura. Para ti, ininteligible, mi querido don Rutilio.
-Ah, Doctor, pero yo no soy initeligiblo. Sólo no entiendo bien lo que dice. Pa'qué el por que eso de la seda de la seda de la seda.
-El por qué la seda, don Rutilio.
-Como sea, Doctor, de favor, explíqueme para no ser intelígiblo.
-Para ininteligible no ser, Rutilio. Para empezar, ya te dije que, para nada, sirve, como un carísimo reloj Patek Philippe’s Platinum World Time, como un lujo, entonces, como gambetas, entonces. Tejo y tejo y tejo desde mi cubículo y, entre más digo nada, menos no estético no filosófico soy. Nunca no escribo, siempre tejo. Y, cuando no continúo, como ya te dije, tejo. Y, como veremos, una experiencia toda pura de la seda pura. El nobel, sí, gane quizá después. Si mi amigo, Barack Obama, el de la paz ganó, bélico siendo, yo ganar puedo también el de literatura, cocedor siendo.

-Ah, pus, sí. Si usté lo dice. Y de dónde sale el dinero que el gobierno le da pa'que usté financie esos trajes tan raros que no nada.
-Ah, perdón, pero a nadie le digas, eh. -Se acercó para murmurarle a su oído-. Mi becas y mis premios son pagadas por el herario.
-Híjole, Doctor Alfayate, y yo que lo creía muy acá. Pero, pus, entonces, yo con mis impuestos pago un conocimiento que no nada para nada, si cose, cuando teje y teje la pura acomplejidad pura de la pura. Qué gacho, camacho. Yo que creí que usté le sabía mucho a por qué estamos como así, como tarugos y jodidos y como regachos que nos robamos y nos matamos y a la tumba vamos sin saber qué con la tumba, qué con la vida. Pero tal parece que nos hunde más.
-No, don Rutilio, a mí me ha hecho más sabio y con qué vivir bien, me ha dado.
-Dirá más zafio y más ricachón, Doctor Alfayate.  
-¡Rutilio! Ya vete, mejor, que unos poemas que calificar, tengo, ya que jurado soy, de poesía, en un certamen. Y me parece que 1111133666, que así se titula, a ganar va.
-¿Qué no la poesía era de palabras?
-No, don Rutilio, ahora la poesía, de lo burgués en contra, toda palabra rompe. Sólo si no lees con ojos de acomodado capitalista, de burguéspequeño, entender podrás su rebelde sentido. Pero, te dije ya, déjame trabajar y a tu quehacer, vete!
-Bueno, ya mvoy, pero eso, yo no lo entiendo. Entonces he de ser burgués, sí, ¡lo soy!, porque no entiendo eso que dice. Tan talachas y burgués, ya ve que me gustan las ham-burgues-as de la esquina. 

DON NADIE 

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