viernes, 27 de diciembre de 2013

Cantinas

Es la cantina
un cenicero
en que la flama
se devora, baldía,
y en cenizas
amanece la luz.

.......
Se siembra erotizado el vacío
y un fruto ajado, crece.
Se liberan dolores de alegrías.
Se cantan alegrías de dolores.
Nada vale la vida.
Se libera, el alma, de sí misma.
Nadie se está diciendo nada.
Se baila. Y se incendia la nada.
Se constituyen legislaciones
de sal, en que lo amargo endulza,
por encima de alguna ley,
en los labios de oro, caudalosos,
de la cerveza.
Nada está escrito. No sirve esta palabra.

..........
Borrachos, al fin, espumosos
también de odio, se
tensan los maxilares del alma
y la estupidez nos enfrenta
como dos incendios que sangran,
bravucones, imbéciles.
Y se encharca la breve pirotecnia
de camaradería.
Esta amistad, amigo, pende de una botella.
Cuánto tienes, cuánto vales.
Y este amor se va con la mañana.

Abraham Peralta Vélez 13 de diciembre de 2013




TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

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