jueves, 6 de marzo de 2014

Calaveras

Si llueven millones de hojas
y millones de aves, llueven;
si llueven millones de insectos,
y millones de hombres, llueven;
todo se lo traga el vapor de la luz.
Insectos de luz, somos.
Lluvia de luz, somos.
Soledades de luz, somos.
Habitamos un cementerio.
Que todos los días son días de muerto.
Calaveras de azúcar. Calaveras de sal.
Calveras de flor, de ave y de canto.
No te creas el centro, sino de calavera;
porque cuando mueras el sol volverá a salir,
las aves volverán a llover,
la flores volverán a llover,
los niños volverán a llover,
pero tú nunca, como yo, volverás a llover.
Sal, pues, a preocuparte por tu pena mientras puedas.
Sal, pues, a cuidar con tu escopetón el edificio del amo.
Sal, pues, que a la luz del universo poco le importa.
Yo me voy a bailar flores de calaveras
con los niños del barrio
bien desnudo como las gotas que caen al llover.

Abraham Peralta Vélez marzo 2014





TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

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