martes, 22 de noviembre de 2011

Hablando claro

El triunfador
era un hijo de puta
sin pundonor.

Las multitudes
siempre dejan un rastro
de podredumbre.

Con el dinero
jamás se compra un alma,
sí muchos cuerpos.

Aquel filántropo
no era mas que un ladrón
enmascarado.

Sin antifaz
el héroe resultó
un gran truhán.

Nada está escrito
todo se está escribiendo
y borrando al unísono.

La derecha y la izquierda
son en realidad
la misma mierda.

Juan Cervera Sanchís

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