martes, 22 de noviembre de 2011

Ni oferto ni demando

Ni oferto ni demando nada,
ni de mí soy
por entero gobernante,
mas pidome a cada instante
el amor tuyo, mi amada.

Y si vendo mi luz preciada,
será, qué triste,
porque nada más poseo
en este mundo, ¡soy reo!,
soy, con mi luz del alma maniatada.

Abraham Peralta Vélez

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