martes, 20 de abril de 2010

Un sentido poema a mi "chata"

A mi perra “la chata”, que murió ayer y no soporto verla morir,
ni a ella ni a nadie.

Ayer se murió mi perra y la encontré,
sangrando por la nariz y la boca
su sangre estaba viva
tan viva como muerta estaba ella.

Ella no miraba
como nunca miran los muertos
¡pero sus ojos estaban abiertos!,
cómo ya no miran sus ojos,
¡pero sus ojos estaban abiertos!,
pero a mí, ya no me miran.

Ella murió
abandonada por la vida.
Recuerdo cuando llegó a mi casa:
Escuálida, nadie la quería, casi muerta,
abandonada por la vida.

Y la encontré
sangrando por la boca,
era de piel café, mojada,
con su estomago herido de muerte.

¡Ya nunca volverá a sufrir
hambre, sed,
abandono y dolor!

Muerta…
entre los carros, hallé a mi perra.

Ya nunca volverá
nunca, nunca, nunca volverá
a lamer con cariño
la casa pobre, que le dio asilo.

Ayer llovió
y sin llover, sigue lloviendo bajo.
Ayer
se murió mi perra
y no sabe porqué vivió
y al vivir, no sabe porqué murió.
Nadie sabe porqué vive para morir.

La vi, la muerte golpeo en el cráneo.
Fue atropellada
como una hormiga por el río,
como el hombre es atropellado
por la vida como la muerte.

¿Qué es la vida y la muerte?
Nadie sabe morir, ¿dónde se aprende a morir?
¿En la iglesia?, ¿en la escuela?, ¿en el periódico?

Unos matan y otros mueren.

Y la encontré
sangrando por la nariz y la boca…

Ayer la vi sonreír por la mañana
tomar agua y jugar, jugar, porque había salido el sol.
Hoy volvió a salir el sol.
Sin saberlo
moriría aquella tarde
sola
callada
y llovió…

Nadie sabe cuándo muere
y cuando muere
no sabe cuando muere.

Ella duerme
bajo su estrecha casa
que ahora es más grande y misteriosa
como le gustaba dormir,
dormir y olvidar.

Recuerdo cómo llovió ayer
amaneció y supe porqué llovió.
Ella ya no estaba
sola
feliz
callada…
Llovió.

25 de octubre de 2009, 10:15 am