domingo, 7 de octubre de 2012

Una piedra en el zapato

Que yo traigo una piedra
una piedra en el zapato
que molesta, lo que traigo,
porque es herida, la piedra.

Una herida, casi pena,
muy pequeña, casi alegre,
casi y quizá inmensamente
raíz, lunita, sol, marea.

Una piedra en mi zapato
hiere mi andar ya herido
de andar inútil, millonario,
de bolsillo empobrecido.

En este mundo aciago,
solo, crecer significa
hacerse a la herida,
a la piedra en el zapato.

Crecer fue, ahora la herida
actúa, besa, odia, rehuye,
por mí ella late y fluye,
casi pena, casi alegría.

Que yo traigo una piedra,
una piedra en el zapato,
que es herida y es mandato
que voy a donde me trae ella.
Abraham Peralta Vélez