miércoles, 26 de mayo de 2010

La gata, el perro y el vagabundo

¡Chinga tu madre!
Maulló la luna
al tropezarce con el sol
y tener que irse a la chingada

¡Chinga tu madre!
Ladró el sol
al tropezarce con la luna
y tener ue irse a la chingada

¡¡Chingen a su madre los dos!!
Gritó el vagabundo
RABIOSO
al ver la pelea por el gobierno de la luz

PENDEJOS ¿¡Qué no saben que fueron paridos por la misma herida del Cosmos!?

Ya no chingen la madre
que pa´todos es la misma
y cada quien pa´su santo

QUE EL FRUTO DE LA LUZ NO ES DE NADIE

y pa´todos alcanza un pedazo de pastel

CADA QUIEN ENCENDERÁ SU SOLEDAD

EN ORACIÓN DE PRADERA

lunes, 24 de mayo de 2010

A fuerza de sueños. Tierra húmeda

Los caballos
de tus nubes
inundan
la esperanza
A veces
fatiga de mariposas
La historia
de los caballos
creando sueños
ciudades de ajedrez
JAQUE MATE
Luciernagas en el derrumbe
A FUERZA DE SUEÑOS
cuerpos estáticos edificios sin caballos

Always

It is always a sole man,
burning in his solitude,
the one who spits the wick
of an idea,
that after becomes flame
and marvellous oracular
bonfire,
and gives his sacred food
to the crowd.
The crowd is never
the author of the main
idea
wich, in the world´s
counterfoil,
breeds the dream
of action
and becomes the rocker arm
for the movement of change.
It is always a sole man,
and not the crowd,
the one who changes the world.

Traducido por Ivan A. Sanchís Pedregosa. Sevilla,21 de mayo de 2010.

domingo, 23 de mayo de 2010

¡PUTO DINERO!

Busqué en el diccionario
la palabra puto
y sólo encontré puta.
Aquel muchacho amigo
seguía y seguía quejándose
y exclamando seguía:
-¡Puto! ¡¡Puto dinero!!
Dinero puto y cabrón dinero,
dinero, ay, dinero
que, la necesidad,
entre la afiladísima espada
y la dura pared,
lo ponían a parir como se dice
y a caminar por tristes
y oscuros callejones sin salida;
por días y por noches de no tengo,
de no puedo y colgado de su título,
pues era titulado aquel muchacho
con sus alas rabiosamente rotas
ante la gran putada de su bolsa vacía.
¡Puto dinero! ¡¡Puto!!,
exclamaba el muchacho,
aquel muchacho trilingüe por más señas
y no mal parecido,
que jugaba ajedrez y odiaba el fútbol.
Aquella inteligencia acorralada
por los hijos de etarias sinuosas
y elegantes banqueros perfumados.
-¡Puto! ¡¡Dinero puto!!
Y así no más, sin más ni menos,
su juventud amarga hasta el extremo
de todos los extremos, envejecía de prisa
comida hasta los huesos
por ese supercáncer, que él muy bien definía,
como el puto dinero, ese dinero puto,
y de su puta madre,
que lo empobrece todo,
ya sea a las hormigas voraces de Wall Street
o a las pobres ratas callejeras,
aún mucho más que pobres,
que en las sucias esquinas
alzan sus sucias manos
suplicando centavos a las gentes
que empobrecidamente van y vienen
arrastrando sus paupérrimas sombras.
¿Cuándo serás, dinero, por fin, bendito y santo
entre las limpias manos de los justos?
Aquel muchacho amigo
sigue y sigue quejándose
y no deja y no deja de quejarse:
¡Puto dinero! ¡¡Puto!!
¡¡¡Putísimo dinero!!!

Juan Cervera Sanchís

El corazón niño de la manzana

Recuerdo los sonrientes planetas las pelotas y los globos los galácticos payasos los sombreritos de pico el helado morado en los labios rojos de las niñas la bicicleta sobre el océano de estrellas.

Recuerdo un collie que perseguía el vuelo de una paloma en el viento del parque
mientras dos peces infelices se enamoraban en la fuente.

Era un papalote: el río en el viento. Corría corría corría sin dudar enamorarme.

Recuerdo las veces que yo era un sándwich de cajeta o un triste balón ponchado.
Así era la niñez del océano triste o alegre sentimiento de luz.

Pero el verano tiembla y nos escupe
cuando vemos morir a nuestro collie por la espumosa rabia y rabioso antes de morir nos muerde el corazón o a nuestro abuelo que se suicida por un edificio de emociones ante el cáncer las ratas que mastican sus pulmones la sífilis los gusanos se comen su sexo la cirrosis las sucias lagartijas del alcohol que cagan muerden y se carcajean en su hígado el asco el vómito la desesperación de la familia que quiere mantenerlo vivo... en fin cuando el tren de la angustia atropella a un hombre y se revienta su cabeza y la gente sólo mira ¡mira! el espectáculo de la miseria roja cuando le pueden dar un vaso de agua o un bolillo o un beso en el cerebro desplomado.

El verano tiembla y nos escupe en una tarde pluvial en aquel pueblo de flores de engaños y de risas.

El verano flaquea se apaga el sol de la infancia por el cuchillo hiriente del cabrón de las falsas recompensas y la madurez preñada de sueños infantiles de recuerdos como galaxias.

Cuando madura la fruta del árbol cae una noche y aquel cabrón la abre para sacarle el corazón a la manzana.

Lo peor de cuando te atropella el tren es quedarte vivo sin el corazón niño de la manzana.

SIEMPRE

Siempre es un hombre solo,
ardiendo en soledad,
el que incendia la mecha
con la inquietante chispa
de una idea,
que luego se hace llama
y portentosa hoguera
oracular,
y da a la multitud
su sagrado alimento.

Nunca es la multitud
la autora de la idea
motriz
que, en la matriz
del mundo,
engendra el sueño
de la acción
y pone en movimiento
el balancín del cambio.

Siempre es un hombre solo,
y no la multitud,
quien cambia el mundo.

JUAN CERVERA SANCHIS

Coplas para llorar como regadera y en la regadera

Cuando muere el amor
la nube se hace tierra
los tristes enamorados
buscan vida en la pena
cosechan besos pasados
y encaran pasiones nuevas.


Desnudo reclamo al Sol
qué pasó con las praderas
porqué mató al ruiseñor
qué de nuestras arboledas
ay, de nuestro pobre amor.


El viento apaga las velas
nadie gobierna su vida
la Muerte es la petenera
de mi canto de la huída
ella gobierna mis penas
y también mis alegrías.


Yo nunca quise herirte
lucerito de mi vida
pero quiso el caballo irse
pues una espina traía.


A mí se me fue un querer
al no decirle lo que sentía
y tiempo después me dijo:
ay, cuanto que te quería.


Ey, libérate de tu jaula
triste canario nocturno
y levántale la enagua
a la muerte sin tapujos
para que vivan las aguas
de tus anhelos taciturnos.

Ey, búrlate de la parca
sino tú serás el prieto
que mate a las nubes blancas
con tu muerte de hombre serio.

lunes, 10 de mayo de 2010

Invitaciones

Los invito al blog de la revista La Piedra -Papel o tijeras, suplemento online de la revista La Piedra- a leer el atículo Juan Cervera Sanchís,el hombre, que dice sobre las vicisitudes creativas y existenciales del poeta, ya que a través de esta tierra húmeda han conocido algo, tal vez muy poco de su obra y es una buena opotunidad para adentrarse al mundo cervereano, que no es de poca monta y sí de mucha de esencia. Y por ahí, ya encarrerado el ratón, los invito a leer los demás artículos creados por una nueva generación de jovenes escritores a favor de la relatividad creativa, y si andan alguno de estos días por cuernavaca consigan la revista La Piedra ¡qué es gratuita! Sin más invitaciones por el momento, saludos cósmicos.
Este es el link:http://lapiedraonline.blogspot.com/2010/03/juan-cervera-sanchis-el-hombre.html

viernes, 7 de mayo de 2010

Alianzas de guerra.Título por Angelica Crecencio. Autores:Enrique Gallegos, Dan Arteaga, Rodolfo Manzano y Abraham Peralta y Vélez.

(No es un poema, tal vez un cuento, creo que son expresiones).

Prendidos de ese afan que nos llevó al abismo, era ridículo intentar algo así, veinte tipos y se sumaron tres más, estábamos armados hasta la conciencia y no sentíamos miedo, íbamos por el municipio y sabíamos que otros diez se levantarían ahí donde comenzaba nuestra revolución. No había más guía que la intuición, un palpitar de años, de ilusiones, de visiones de lo que alguna vez desearíamos para el tiempo. Veinte tres más; con el tiempo haríamos diferencia, distancia. Quisimos sembrar ilusiones, y de pronto nos asaltó, nos robó la ilusión las tropas que venían de frente y que nos bombardearon con corbatas y opresivas horas de oficina, para destruir nuestro sembradío de ilusiones.

Era una hermosa valentía sentir el cambio de los edificios en tierra fertil, donde la esperanza nacía en borbotones de guerra y el fracaso era un cigarrillo aplastado por las botas en contra. ¿Qué fue de nuestra valentía? Un árbol roto por la opresión. Estabamos destrozados y aun así nos enfretamos a la muerte que ya recorría nuestras almas, nuestras almas, nuestras armas, que parecían de papel ante tanta opresión que seguía llevándonos a la muerte.

En vientos nos lanzamos al mundo, hasta los huesos, huesos de mil décimas de miles de décimas sumergidos en profundos mundos de desasosiego involucrados en este abismo;¡liberame, dame la libertad! El grito, no de guerra, de amor, por los que están y no estuvieron, por los que no serán.

Y estando ahí con la sangre y el plomo, con lo que hubiera sido y dejó de ser, con balas y metrallas de ¡dame más!, con caídos que hicieron lo que en tiempo será. Acribillados, aplastados, vimos las torres... torres de tiempo, de años, de historia mentirosa. Fuimos apóstatas de lo escrito, reventaríamos lo que escuchamos a sangre y a cruz. De pronto los destellos, los rayos fulminando la vida latente, balas pegando en pechos pequeños, tiernos...

La balas que habían tocado segundos antes nuestros cuerpos, y digo nuestros cuerpos porque los de ellos fueron míos cuando comenzamos este idilio de guerra, ya no importaban los discursos, sólo fue la razón y el instinto, el mismo que nos envolvió en las balas que golpeaban esos cuerpos que eran nuestros. Ya la revolución estaba echa y no sabíamos cual era su fin; pero el fin era la esperanza trascendida. Las nuevas simbiosis, nuevos amores de guerra, a pesar de la derrota continua el corazón latiendo.

Continuidad, lo sabíamos, continuidad de guerra, por eso seguimos luchando para heredad la sangre en vilo, en símbolo guerrillero. Las derrotas no son en vano, trascienden en sangre. La intuición se realizó en rebeldía y mi corazón bríoso se lo dí a los bebes de la patria.

Perros

Ni en Nueva York ni en Washington,
ni en Londres ni en Berlin,
ni en Roma ni en Paris
hay perros callejeros,
pero en México sí.
En México sí hay perros callejeros,
inteligentes perros
que cruzan los semáforos en verde
moviendo a golpes vivos
de elegancia sus rabos
y empinando sus graciosas orejas.
Si hay perros callejeros
en la ciudad de México.
Fantásticos mestizos
y a la vez burlones aristócratas,
y amantes todos ellos
de la siempre difícil, costosa libertad;
que es la libertad su bandera y su guía.
En México sí hay perros callejeros.
Todavía hay perros callejeros
en la ciudad de México,
aunque no falten bípedos esclavos
que los quisieran muertos
o esclavos como ellos.
Ni en Nueva York ni en Washington,
ni en Londres ni en Berlín,
ni en Roma ni en Paris
hay perros callejeros,
pero en México sí,
en México sí hay perros callejeros
y yo soy uno de ellos
sencilla y bellamente porque sí,
porque prefiero ser un perro callejero
a ser un títere y un paria del dinero
como Harapos Vankero y el zar Karko Zilzin.

JUAN CERVERA SANCHIS

lunes, 3 de mayo de 2010

Coplas para llorar como regadera y en la regadera

A mis padres.

Cuánto te amo, Florecita,
que el día en que yo te deje
te dejaré alguna baratija
pa´ que usted se maneje.

Ay de ti, mi amorcito,
cuando muera tu querido
qué será de tu brillito
cuando yo haya fallecido.

Qué será de tu amor
cuando muera tu querido
qué de tu hambre y tu fulgor
cuando muera mi bolsillo.

Qué de tu hogar, tu albor,
cuando vayas al trabajo
y se empape de sudor
y no logres un vil tasajo.

Ay, Florecita, no quiero
ay, que no quiero dejarte
endeudada y sin dinero
sola, sin poder escaparte.

Ay de mi, esposa mía,
la congoja se me trepa
al pensar: la hoya vacía
y el llanto que en ti quepa.

Ay de ti, mi amorcito,
cuando muera tu querido
qué será de tu brillito
cuando yo haya fallecido.

Quien amará tus bochornos
cuando yo me haya ido
quien amará tus adornos
cuando haya fallecido.

Qué será de tu letargo
si te amenaza el usurero
con la trampa del embargo
¡quién será tu caballero!

Qué de nuestros hijos, Flor,
cuando haya fallecido
tanto será su rencor
que ya me siento herido.

Ay de ti, mi amorcito,
cuando muera tu querido
qué será de tu brillito
cuando yo haya fallecido.

Qué de la alegre sandía
que encendía nuestra mesa
ay, aquel glorioso día
que olvidamos la pobreza.

Quiero, Florecita, el milagro
que no te sea tan adverso
que no te sea tan amargo
los tragos del esfuerzo.

Cuánto te amo, Florecita,
que el día en que yo te deje
te dejaré alguna baratija
pa´ que usted se maneje.

Coplas para llorar como regadera y en la regadera

Aquella noche te fuiste
con mi corazón abierto
bajo la lluvia, tan triste,
dejándome sin aliento.

Ay, en qué besos de ron
en qué caricias de sal
ay, amor, en qué floral
perdiste mi corazón.

sábado, 1 de mayo de 2010

Coplas para llorar como regadera y en la regadera

Ay de mí, que yo te quiero
con el hambre de un desierto
ay de mí, tan prisionero
de este dulce fruto incierto.

Si me dejas no hallará
mi llanto un cauce al Sol
y mi errante herida irá
por caminos sin control.

Si me dejas tu traición
ya no alumbrarán luciérnagas
las noches de mi corazón.

Ay de mí, que yo te quiero
con mi corazón sincero
ay de mí, tan prisionero
de aquel lejano lucero.

No me dejes, amor mío,
que me tiro de la luna
con el corazón bravío
dejándome a la fortuna.

No me dejes, dulce mío,
que me pierdo, que me pierdo,
encerrado en el hastío.

Ay de mí, que yo te quiero
siempre, siempre para mí
ay de mí, tan prisionero
de este bonito alhelí.