martes, 8 de octubre de 2013

Soga al cuello

Con la soga al cuello
sonrío y me alegro 
de verte caminar 
por la calle hacia la nada.
Doy patadas de ahogado.
Doy manotazos al cielo.
No entiendo por qué
estoy ante las cuerdas
de la luz del sol.
Aquí me encuentro
con la soga al cuello
en el río que me lleva 
al vientre del mar,
en el río que me trajo 
de la sombra del sol
¡Ay, ven y bésame,
amor, hazme ser amor, 
purifícame este odio,
y hazme entender
mi destino de aire!

Abraham Peralta Vélez 8 de octubre

 
Ilustración: Abraham Peralta Vélez



TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

Tú y los adioses

Adioses sobre adioses y màs y màs adioses.
Vengo herido de adioses, profundamente herido.
Soy un doliente adiós.
Voy de adiós en adiós con todos mis adioses.
Interminables son ya mis adioses.
Viajo por las galaxias, por los soles viajo.
Viajo por los planetas. Viajo por las ciudades
de los innumerables y pequeños planetas
en donde amè y fui amado alguna vez,
entre besos y adioses y làgrimas y adioses.
Soy una larga suma, larga, larga muy larga,
de sangrantes adioses.
Mi vida es un adiós, un adiós sin retorno,
en donde tú, por la gracia de Dios,
y ùnicamente tú, reinas y reinas.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMENEZ Y RUEDA

De: " C A P R I C H O S" 2014




Juan Cervera Sanchís J. y R.


TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

Paraguas

Ese paraguas
de flores
es tu alma
ante la lluvia

que se abre
a la luz del sol.

HAIKÚ
Turbio de flor
sonríe a la luz
ese paraguas.

Abraham Peralta Vélez 7 de octubre 2013.



TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

Ancla/árbol

Un corazón cargado de deseos
es un ancla de sueños 

de plomo y caminos divididos.
Y la mar que no cesa y lo lleva
en su cadena de olas,
mientras anclado el corazón ensueña.
Es de plomo el abismo de sus sueños.
Es de sal el vacío hartado de sus dudas.
Es mar en un salero, corazón.
Es el ancla de sal, abismo y plomo,
de deseos que vaga en la mar que lo lleva.
Es el ancla de sueños, turbias sales,

que a veces, sólo a veces, se hace huella
en la mar y permanece en olas.
A veces, sólo a veces,
el corazón convierte el ancla en olas,
y la cadena de olas se hace gaviota,
gaviota y luna, luna y faro, mar;
como el llanto, la flama; un errante, camino;
una floresta, aire; y un arrecife, luz.
Como de sus raíces el árbol de la noche
convierte su enramado en arrecife de estrellas.

Abraham Peralta Vélez, en medio de mil caminos y ninguno. 7 de octubre de 2057.


Ilustración: Abraham Peralta Vélez


TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma