lunes, 5 de julio de 2010

Haikus

En el otoño
las lágrimas del árbol
son mariposas.

Aunque no creas
el sol vuelve a alegrar
la pasión de las flores.

Aunque lo dudes
en el llanto te encuentras
tus mariposas.

Aunque herida
la flor de los amantes
perfuma la vida.

Vuelve la noche
otoñal; como vuelve el día
en su primavera.

La Locura loca
se extravía en los desiertos
del abandono.

¡Sonríe loca
que ahí viene el tren
en sus latidos!

Deja la lluvia
que lloré sus amores.
De ahí las flores.

Altísimo Naranjo
alumbra la sed y es sombra
del vagabundo.

La oración
de la lluvia da esperanza
a los desiertos.

En la honda noche
las estrellas inasibles
siguen brillando.