sábado, 1 de diciembre de 2012

Sin embargo

Hoy, sin embargo, y, pese a todo,
te amé con locura.
Hoy que salió a las calles la mentira
a incendiar cristales de impotencia.
Hoy que la realidad es agobiante,
convulsa y asesina,
y el odio fertiliza nuestros actos.
Hoy, sin embargo, y, pese a todo,
te amé con locura,
a pasos gigantescos de verdad.

Este día, primero de diciembre,
de un agobiante siglo veintiuno,
dejo un testimonio de amor,
un búnker de amor,
en medio de la cólera y la sangre
liberal y tan pútrida de la soberana
y puta democracia. Hoy te amé.
Porque sé que tan sólo mudará
el ventarrón la orilla de los rostros
y el corazón profundo de los actos
seguirá en el rumbo de su engaño.

Hoy que salió a las calles la mentira
a mentarle la madre a la esperanza.
Hoy, sin embargo, y, pese a todo,
aunque ya nadie crea en nadie, ni en nada,
escribo que te amé -acción directa-
en medio de ambulancias y patrullas.
Porque si en algo creo es en tus besos 
que me alegran al pie de nuestra tumba,
más allá de esta pena,
con su fresco dulzor de media tarde.

Hoy dicen que no es tiempo de poesía,
y, sin embargo, pese a todo,
en algún sitio sonreían flores
de luz y noche buena.
Hoy, tras el odio ruin de la impotencia, 
amaso nuevamente la luz de tu cariño,
con el sudor del verso, luminoso y fuerte,
y esta es mi más humilde y profunda rebeldía.

Abraham Peralta Vélez

1 de diciembre de 2012