A
Alan Soto y a Gabriela Segueda,
amigos
entrañables del mar del Pacífico
Mientras espera, solo, el pajarito,
a la orilla de la mar, ensueña
un silencio gigante de ballena,
detrás del aparente desaliño.
Se sonrosa el sol, viejo, se está ido.
El pajarito ensueña, en Barra Vieja,
ensueña un más allá que nunca llega
y llega por las olas del pacífico.
Diminuto y hambriento, el pajarito,
escucha, de las olas pasajeras,
la ola ensordecedora y eterna,
que no cesa, callada, de ser grito.
Barra Vieja, caballo en remolino,
ventarrón de la mar sola, abierta,
y pajarito solo, altas palmeras,
me llena de milagro en un respiro.
Abraham Peralta Vélez, 3 enero de 2012
Espera, Abraham Peralta Vélez |