lunes, 16 de agosto de 2010

Extravíe ladridos poéticos

El ladrido de mi arco-iris enmudeció bajo el lodo…

Lloré corriendo hacia ningún retorno.
Irreversible la pérdida de mis ladridos incendiados.

Tal vez otro perro muerda mi corazón para saciar su histeria
o muera engusanado por el hongo del olvido.

Desvelado fabrique puentes emocionales
por donde se podía entrar a mi ciudad amazónica.

Ahora aquellas llaves de mi hogar se oxidan
y no sé cómo volver abrir la jaula de aquellos pájaros de mi alma.

El secreto de mi ser en el mundo venía oculto en el verbo de mi garganta.
Ahora tengo que recomenzar el aullido.