sábado, 29 de junio de 2013

Gran maestro

Gran maestro es el dolor.
Gran maestra es la alegría.
Del dolor y la alegría,
tú y yo
aprendimos, vida mía,
que la vida,
sin alegría y dolor,
no es realmente vida.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA.

NADA MÁS
Estar a solas conmigo.
Sonreír y respirar.
Ver cómo vuelan los pájaros.
Ver cómo las nubes pasan
y escuchar
la sabia voz del silencio.
No aspiro yo a nada más.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Colonia San Rafael. México D. F.
28 Junio 2013  




TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

jueves, 27 de junio de 2013

Bicipoet (juego)

Me ACElEro ENtre LA SERRanía DEL corAZón.
VEngo en BiciCLETA, DIOs mÍo, a BUscAR
El OMbliGO de UNa Flor, 
VEngo enTRe las caLles del AMor, 
que solitario veNGO, BusCAndo quIEN ENtiendA 
quIEN 
en UNa lÁGrima..../ME entiENda.

AbrAham PERalta VÉlez


Tierra Húmeda







TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

Nadie


Nadie podrá impedirnos
que creamos en los ángeles.
Nadie podrá impedirnos
que tú y yo seamos niños;
ingenuos y graciosos querubines.
Nadie podrá impedirnos
que tú y yo nos amemos
más allá de la vida y de la muerte.
Más allá y más allá
del sol que nos alumbra,
y mucho y mucho más allá
de todos los más allá
posibles e imposibles.
Nadie. Nadie. Nadie. Nadie
jamás nunca jamás,
mi amor, podrá impedirnos
que tú y yo nos amemos
y seamos por siempre
y para siempre niños.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Colonia San Rafael. México D. F.
Miércoles 26 Junio 2013  


Tierra Húmeda
Axaí



TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

martes, 25 de junio de 2013

Besos

Son tus besos,
tus besos son de colores
y están, mi amor, aromados
de tiernos y dulces sueños.
Tus besos, mi amor, tus besos.
¡Ay, tus besos!
Tus besos plenos de vida
y recuerdos.
Tus recuerdos.
Mis recuerdos.
Nuestros amantes recuerdos.
Recuerdo, mi amor, tus besos.
Nuestros besos.
Besos, mi amor, que están vivos
y estarán vivos por siempre,
aunque tus labios no existan,
aunque no existan mis labios,
aunque tú y yo estemos muertos.
Muertos tú y yo, pero nunca,
nunca, ¡nunca!, ¡¡nunca!!, ¡¡¡nunca!!!,
podrán morir nuestros besos,
que han de vivir para siempre,
amor mío, nuestros besos
en la amorosa memoria
del amor del universo.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Colonia San Rafael, 25 Junio 2013. México D. F.


Tierra Húmeda
Juan Cervera Sanchís J. y R.




TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

Las moscas

En el salón
de clases
las moscas
sobrevuelan
la monotonía.

Abraham Peralta Vélez

Tierra Húmeda
Abraham Peralta Vélez


TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

lunes, 24 de junio de 2013

Palabra


-->
Las palabras están vivas,
tú estás viva en mis palabras,
tú eres la palabra viva
que vive y canta en mi alma.
Tú, mi Axaí, siempre viva
en la fe de mi palabra
que es tu siempre enamorada
y enamorante palabra.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
23 Junio 2013 México D. F.

NO
No me lo puedo creer,
no me lo creeré jamás,
que aunque aquí no esté tu cuerpo
tú estás, tú estás.
Que tú estás aquí, mi amor,
que tú estás,
que estás aquí junto a mí
y aquí siempre estarás
iluminando mi vida
de belleza y de bondad.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
México D. F. 24 Enero 2013

TODO
Todo es transitorio, todo.
Todo, todo menos Dios
y tú, amor mío, estás con Dios
y no hay transitoriedad
para ti, que tú eres vida
en Dios y con Dios, mi amor.
Vida de vida eres tú
y, por ti, vida soy yo.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
24 Junio 2013. Ciudad de México. 

Tierra Húmeda
Juan Cervera Sanchís Jiménez y Rueda  TieRRa HúMEda

A la orilla del mar

Y la muerte es la luz.
Y la luz es la muerte.
Me voy desnudando
y me lleno de noche
tibia y resuelta.
La luz, dicen. ¡La luz!

II
Llegué un día a la orilla del mar, 
entregado a la nada, a la nada y el sueño.
Caminé y mis huellas de arena
de arena se perdían 
y era, más que memoria, orillado al olvido.

Llegué a la orilla de la orilla del mar

y subí rocas, altas rocas.
Era la costa del pacífico,
el corazón de vuelto, en playa Zicatela.

Cansado me senté a la orilla de una roca
entre las altas rocas a la orilla del mar. 

Observé no el mar majestuoso
sino los dientecillos de león
donde revoloteaban mariposas,
mariposas: la orilla del mar.
Observé... no el mar majestuoso,
sino los dientecillos de la muerte.

La muerte de la flor,
es, de la mariposa, la vida, 
la luz que de su muerte se extrae.
Allá en la orilla, a la orilla del mar.

Abraham Peralta Vélez 

Tierra Húmeda
Abraham Peralta Vélez TieRRa HúMEda



Lectura poética de la semana: Rabindranath Tagore, El esqueleto

Yace, blanqueándose sobre la yerba, el esqueleto de una bestia.
Sus secos huesos blancos -encallecida risa del Tiempo-
me gritan:
Tu fin, hombre soberbio, es el mismo
que el del ganado que no pasta más,
cuando hasta la última gota de vino de tu vida se haya derramado
la copa es arrojada con absoluta indiferencia.
Y yo grito en respuesta:
Mi vida no es sólo aquella que paga
su lecho y su alimento
con sus huesos en bancarrota, y luego es sustituida.
Jamás podrán mis días mortales contener del todo
cuanto pensé y sentí, gané y di,
escuché y expresé.
¿Acaso fue para detenerse al fin, para siempre,
en un confín de huesos desmoronados,
que a menudo mi mente traspuso los límites del Tiempo?
La carne y la sangre nunca podrán ser la medida
de la verdad que soy yo mismo;
los días y los instantes no pueden desgastarla
a pesar de sus coces;
el polvo, salteador del camino, no se atreve a despojarla
de todas sus posesiones.
Muerte, me niego a aceptar que tú
no me consideres más que una gigantesca burla de Dios
una vacía aniquilación construida con todo
el poder del infinito.
No me incites a cargar mi nave con esta deuda,
permíteme alejarme con las manos vacías,
no sea que el precio de amor que temerariamente pagas
revele la pobreza de mi corazón.
No puedo sino amontonar en tu vida los rotos fragmentos de mi pena
y mantenerte despierta en la noche con el lamento de mis sueños solitarios.
Es mejor que permanezca en silencio.
Mientras recorría mi solitario camino
te encontré en la penumbra del atardecer.
Casi te pedí que me tomaras de la mano
pero al mirar tu rostro tuve miedo.
Vi allí el resplandor de un fuego que yacía
dormido en el fondo del oscuro silencio de tu corazón.
Si en mi delirio lo incendiara
sólo podría arrojar una trémula luz al borde de mi vacío.
No sé que sacrificio
ofrecer al sagrado fuego de tu amor.
Inclino mi cabeza y me arrastro hacia mi estéril fin
alimentado por el recuerdo de nuestro encuentro.

Rabindranath Tagore, "El esqueleto", traducción de Alberto Guirri, en Poesías escogidas, Ediciones Ateneo, México, D.F., 1970, pp. 95-96.



Tierra Húmeda
Rabindranath Tagore  TieRRa HúMEda

sábado, 22 de junio de 2013

Gato Suburbano

Ciego, muy ciego,
anido los suburbios del vacío
y ciego los camino cada tarde.
Hoy soy uno en veinte millones
en la ciudad de México.
Y millones de angustias me atropellan
cuando se precipita la presura
y se van anudando calles y calles de vacío.
Y me invade un asco de llegar
al luto de las horas
y a la monotonía

de no ser quien yo soy
cuando cruzo horarios de mi vida.
Cautivo de la deuda que es la vida
que se paga al polvo de los años,
el cúmulo de adioses de amores y de amigos
y el solitario encuentro con la nada.
Anido los suburbios del vacío,
mesero, callcentero, hamburguesero,
moscardón en horas de pupitre,
y llevo encharcados mis zapatos
salerosos de sueños ultramares
en donde, gato suburbano, navego
en decididas balsas jazmineras.

Abraham Peralta Vélez, 

21 de junio de 2013.


viernes, 14 de junio de 2013

Lectura poética de la semana, Otto-Raúl González, "Amor" de El templo de los jagures

Amor

Porque el amor es necesario como
también la noche es necesaria al día
porque sin noche el hombre no sabría
que debe abrirse el día como un pomo

Porque el amor es el primer asomo
del sol que llegará hasta el mediodía
para luego caer en la vacía
solemnidad del impasible plomo

Porque el amor es alto salto al mundo
suspiro girasol y puñalada
agua donde yo mismo me contemplo

Porque el amor es un fugaz segundo
pleno de eternidad lleno de nada
Todo eso fulge inscrito en este templo.

Otto-Raúl González



Tierra Húmeda
Otto-Raúl González  TiERRa HúMeda

lunes, 10 de junio de 2013

México es un desierto

-->
México es un desierto.
Sin ti, México es un desierto para mí.
Era México, Amor, un paraíso.
Era, Amor, un oasis.
Era mi edén. Mi vida.
Era mi vida México.
México eras tú
y, sin ti, mi Axaí,
México ya no es México,
que es un desierto México;
que es la desolación de las desolaciones;
que México no es México,
que aquel México que tú y yo compartimos
y en que tú y yo soñamos y nos amamos
y tejimos inocentes y bellas ilusiones,
murió mi Amor contigo.
Murió y murió aquel México
y yo le digo adiós a aquel México nuestro
y me lo llevo contigo y conmigo
a nuestra bien amada Andalucía
donde renaceremos al unísono
el día que yo muera junto al Guadalquivir
allá en Lora del Río, que será, Amor, el día
en que realmente tú morirás, moriremos,
como siempre soñamos que tú y yo moriríamos,
para ir, asidos de la mano y sonriendo,
al encuentro con Dios,
maravillosamente enamorados
y ya niños muy niños,
y por y para siempre unidos,
jugando a la alegría y en la alegría
en el recreo libérrimo de la casa de Dios,
en donde Dios, desde siempre, mi Amor,
nos ha estado esperando.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Sábado 8 de Junio 2013.
Fiesta de El Corazón Inmaculado de María.
Colonia San Rafael. México D. F.

-->
MI AXAI
A Carmen Belem Duque de Estrada
y de Caso, mi Axaí, reina de reinas,
que me lee y me escucha desde el más allá,
tan entrañablemente acá, con el amor
enamorado de siempre y para siempre.

Lo mejor de ti y de mi
nadie lo sabe, mi Amor.
Lo mejor de mi y de ti
lo sabe Dios
y tú y yo
y no hay ya más que decir.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Colonia San Rafael 7 de Junio 2013
Primer Viernes. Fiesta del Sagrado Corazón
de Jesús. México D. F.

Axaí niña

lunes, 3 de junio de 2013

¿De acuerdo?

Me suele suceder
que amanezco llorando.
¿Te pasa a ti lo mismo
algunas veces?
Todos amanecemos,
pienso yo,
hay días así,
inevitables días,
con lágrimas que queman
nuestros ojos
entre llamas de ausencias.
La vida de repente,
¡ah la vida, la vida!,
nos golpea sin piedad.
Ante ello, ¿qué podemos hacer?
Yo pienso que llorar y llorar
y, agotadas las lágrimas,
sonreír y cantar
y darle, finalmente,
a la vida, tan real y fantástica,
una simple y humilde
lección de sencillísima alegría.
¿De acuerdo?
  
ERA

Era bella
aquella estrella.
Era aquella
estrella bella.
Era bella, bella, bella
y, el tiempo, cruel,
su belleza destruyó;
que es un destructor el tiempo;
que no tiene corazón, que no,
que no, que no sabe el tiempo
de sentimientos ni amor.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA
Lunes 3 Junio 2013.
Colonia San Rafael. México D. F.





Polvorienta

Nací mientras el vientre de la ausencia,
por el tacto, quebrábase y paría.
Que mi tacto quebró la hora vacía,
mientras me embalsamó, la luz, presencia.

Mordí de la luz, luz, la difluencia.
Mientras que tacto, luz, recién nacía,
lumínico, difluente, me moría,
luz de la luz, mortuoria lactescencia.

La luz que en tacto rompe, polvorienta,
me amortajó el tiempo de su vientre;
me hirió con el amor de su espejismo.

Hizo de mí su vaso, su hermetismo
frágil, su callejón que se fragmenta
a cada instante que la luz concentre.

Abraham Peralta Vélez,
20 de mayo 2013, madrugada,
D.F., casa de la Unidad Modelo.


Abraham Peralta Vélez

Haikús de la niña axaí

¡Oh, Dios supremo!
Es un haikú mi niña
de carne y hueso.


Axaí, mi niña.
Tan niña de mis ojos
y luz tan mía.

Niña, Axaí,
estrella de mi cielo,
amor sin fin.

Haikú viviente,
pedacito de gloria,
nube riente.

Azul de azul.
¡Oh, niña de mi alma
y alma haikú!

Haikú de vida
es mi niña Axaí
siempre tan niña.

¡Oh, mi Axaí!
Mi vida, vida mía,
es para ti.

Tu miniatura
abarca el universo
de mi locura.

Niña poesía,
poesía siempre niña
y enniñecida.

Con tu niñez
mi niño haikú vuelve
a renacer.




Abraham Peralta Vélez. Nubes.