domingo, 1 de diciembre de 2013

Mediodía

Yo voy caminando ante mí.
Camino entre mi féretro de hierba
agitado por el viento.
Tiembla la memoria del sol.
Este mediodía me contiene.
El cielo abierto, claro.
Los perros ladran, juegan.
Siento que soy la luz del mediodía
tan claro, que me lleva en su tumba.
En la hojarasca huello mi destino.
Mi fe en una nopalera resiste.
Las hojas caen, lloran,
al vibrar su juventud humana.
Las mariposas se anhelan.
El espacio abre las puertas
al centro de una telaraña de viento
en que soy su moscardón.
Soy este hermano que pasa
ante mí, en la hierba y el viento,
contenido en este mediodía,
hermano de cuanto pisa y respira.
Que cuanto respira anhela,
y lo que anhelan las piedras, anhelo yo.
Yo voy caminando solo, a mediodía,
buscando a Dios, mientras hablo conmigo.
Y al abrir el silencio, que me cierra,
se entreabre una llave de agua
que riega gota a gota la sed.
Hallo mi propio y perdido anhelo
en el cenit del sol,
mientras un indigente duerme
en la sombra de un pino
y mariposas despeinan el nudo de este calor.

Abraham Peralta Vélez 25 de noviembre de 2013







TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma

Duele

No es aquel tiempo. No es.
No es este tiempo. No es.
No es el tiempo que vendrá.
Ni es el tiempo que se fue.
¡Ay!. ¡Ay, cómo me duele!
¡Cómo me duele este tiempo
desde que tú ya no estás!
¡Ay, cómo me está doliendo!
Me duele, me duele y duele.
Me duele, amor, este tiempo
de infinita soledad
e infinitamente huérfano;
que no hay mayor orfandad
que ir y venir por el tiempo
sin poderte acariciar
y embriagarme con tus besos.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMENEZ Y RUEDA

De libro CD “CANTARCILLOS 2014



TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma