lunes, 4 de octubre de 2010

SILENCIO

Soñar
y nunca llegar,
permanecer en el instante del silencio.

Encontrar las ventanas
de la piedra
y beber de su fuente
bulliciosa.

Susurrar,
suavizar el grito:

silencio
que una flor
nace
del suspiro.

Muerte a mis convenciones

Llamar por teléfono
al hombre del futuro
y decirle:
—Me has matado,qué bueno.

NADIE

Que nadie diga,
dejó escrito el supuesto
suicida, con firmeza
de puño y claridad de letra,
que lo mío en verdad
fue un suicidio.
Mentira, gran mentira,
lo mío fue un crimen más
de la pobreza,
que la pobreza mata
y a mí me fue matando
la pobreza unida a la tristeza
y al desencanto cruel del abandono.
No, no vayan a creer
que yo me suicidé
como andan diciendo,
a mi me asesinaron
a golpes de pobreza,
que la pobreza mata.
No lo olviden, no vayan a olvidarlo,
ya que, diariamente, en nuestro mundo,
la pobreza suicida,
mata quiero decir,
quede bien claro,
a innumerables hombres y mujeres,
a ancianos desvalidos
y a niños inocentes.

JUAN CERVERA SANCHIS