sábado, 26 de noviembre de 2011

LAS HORAS

Se siguen yendo las horas.
Nadie sabe adónde van.
Se van y se van las horas
y ya nunca volverán.

Nada se repite nunca.
Nada es nunca siempre igual.
Las rosas nuevas son nuevas
aunque sea viejo el rosal.

Las horas se siguen yendo
y todo es nunca jamás.

JUAN CERVERA SANCHIS
Publicado en “ATRAPALECTURAS 6
Leyendo sin límites”
SANTIAGO de CHILE 2011

ESCUCHO

Escucho  la  voz del agua
conversando con el viento,
mientras veo  pasar  las  nubes
sin dirección por el cielo.

Escucho la  voz del agua
y, al son de la lluvia, sueño
lluvias de ayer, que me traen
relámpagos de recuerdos.

JUAN CERVERA SANCHIS
Publicado “ATRAPALECTURAS”
SANTIAGO DE CHILE  2011

martes, 22 de noviembre de 2011

Ni oferto ni demando

Ni oferto ni demando nada,
ni de mí soy
por entero gobernante,
mas pidome a cada instante
el amor tuyo, mi amada.

Y si vendo mi luz preciada,
será, qué triste,
porque nada más poseo
en este mundo, ¡soy reo!,
soy, con mi luz del alma maniatada.

Abraham Peralta Vélez

Crónica de la semana

UN NIÑO A MITAD DE LA NOCHE
Era el último camión del paradero del metro Zapata, a las once y cuarto de la noche. Veníamos cansados, con el rostro adusto, sólo algunos enamorados se decían adiós y un pálpito de luz rebrillaba en su despedida. Sin embargo, el ambiente era de cabisbajos, de pláticas lentas, y otros con su música iban en otro camino.

Lo intersante de aquella noche fue que al subir al camión era mujer la que cobraba, tal como "la taxista" de tin-tan, y venía su niño, robusto y sonriente, que cobraba el pasaje del último camión a casa. ¡Qué sorpresa nos llevamos!, al subir al camión, nos hacía sonreír aquel niño, y un hálito de vida regresaba al cuerpo cansado.

Un niño, aún fresco, era quien nos motivaba a seguir vivos. Y sin saberlo él, y sin saberlo algunos que reían. Cobraba, interactuaba, vivía sin cansancio a tal hora de la noche.

¿Y qué? No quiero decir: "vaya por la vida con un letrero de sonrisa", pues el cuerpo y el alma se cansan, llegamos, cada día, a un ocaso de nuestra vitalidad, y nada se puede contra eso. O que los niños tengan que hacerlo también a cada instante, como obligación de nuestros prejuicios rosas sobre ellos. Mas hay que reconocer que en el desierto, una gota de agua nos regala un oasis, tal como aquel niño al final de nuestro día, a punto de partir a casa. 

DON NADIE



Hablando claro

El triunfador
era un hijo de puta
sin pundonor.

Las multitudes
siempre dejan un rastro
de podredumbre.

Con el dinero
jamás se compra un alma,
sí muchos cuerpos.

Aquel filántropo
no era mas que un ladrón
enmascarado.

Sin antifaz
el héroe resultó
un gran truhán.

Nada está escrito
todo se está escribiendo
y borrando al unísono.

La derecha y la izquierda
son en realidad
la misma mierda.

Juan Cervera Sanchís

jueves, 17 de noviembre de 2011

El gato que yo fui

Autor: Juan Cervera Sanchís
Editor e ilustrador: Abraham Peralta Vélez

Tierra Húmeda, Ediciones, Juan Cervera Sanchís.
HAIKU

Veo rebrillar
en los ojos del gato
la libertad.

Tierra Húmeda, Ediciones, Juan Cervera Sanchís.Ilustración: Abraham Peralta Vélez
ALGUNA VEZ mi gato callejero
conoció las delicias de la vida doméstica,
disfruto de escudillas de blanca y tibia leche
y durmió entre mullidos edredones.
La vida de los gatos, como todas las vidas,
es un ir y venir entre altibajos.
Yo, gato callejero, también tuve
días al calor del fuego y alimento seguro.
Sin embargo, la vida regalada
y la seguridad, no me hacían feliz.
Algo, desde muy dentro de mi mismo,
me invitaba a la vida sin techo,
que algo hay en la sangre de los gatos
que a buscar los impulsa el riesgo y la aventura
contra el supuesto encanto de la vida doméstica,
y es que el gato, mi gata, tú lo sabes muy bien,
al igual que el poeta, y Dios sabrá por qué,
tiene mucho de instinto loco y desenfrenado.

Abraham Peralta Vélez




Abraham Peralta Vélez
¿Quién dice yo? E-mail: apve.89@gmail.com

Pálpitos


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1.-
Juega el olvido
con recuerdos fantasmas
Juan Cervera Sanchís
y fugitivos.

2.-
La tierna rama
del alerce se curva
embelesada.

3.-
Cinco piquitos
hambrientos se entreabren
por sobre el nido.

4.-
Madre querida,
siempre viene conmigo
tu voz sentida.

5.-
Sabe la estrella
que sabe que no sabe
si es él o es ella.

6.-
En mis desiertos
nunca falta el oasis
ni el río del verso.

7.-
La fiera llama
pronto será ceniza
gris y olvidada.

8.-
La rubia espiga
se balancea soñando
que es pan de vida.

9.-
Una naranja,
amarilla y jugosa,
me endulza el alma.

Y 10.-
Amada mía,
sin tu amor mi existencia
se extinguiría.

JUAN CERVERA SANCHIS
Noviembre 2011 México D. F.

martes, 8 de noviembre de 2011

Espejo estremecido

Abraham Peralta Vélez
Ya el alma, de cerrarse, se ha perdido.
Poseemos, nadie pasa a nuestro lado,
hay miedo por doquier, amurallado
de atavíos, la angustia de haber sido

nada, mas que uno mismo, que ha nacido.
Y con tanto espacio, tiempo dado,
a fuerza hicimos un sitio cerrado.
Damos nuestro espejo estremecido.

A pesar, vi a un mendigo, tan duro,
ablandarse por una niña pobre,
pues lloraba, quién sabe porque apuro.

Desposeído, amó un ciego futuro.
Nada será sin uno, otro hombre.
Desquebraja el hábito del muro.

Abraham Perlata Vélez, EN LA CALLE , SONETOS. 5 de nov. de 2011.

martes, 1 de noviembre de 2011

TANTOS

Para estos días de muertos, Juan Cervera Sanchís, nos recuerda:

“Y poco a poco
nos iremos muriendo
José Guadalupe Posada
unos tras otros”. JCS

Y son ya tantos muertos
mis muertos, que podría
asegurar que llevo un cementerio
en mis retinas,
y en mi corazón guardo
un rosario de lágrimas y sueños
con nombres y con fechas.
Toda una enciclopedia de epitafios.
Son tantos ya los muertos
que archivo en los registros de mi alma,
que hay días en que mi alma
pide auxilio al olvido
y el olvido se niega a darle auxilio.
Mis muertos siguen vivos,
quiero decir que están aquí,
que están y están frente a mis ojos,
pronunciando mi nombre
desde su voz sin voz
y agitando las desgajadas ramas
del árbol de mi vida,
cargado de vivientes recuerdos.
Son tantos ya mis muertos...
Y siguen aumentado día tras días.
Yo, sigo hablando con ellos
y, gracias a mis muertos,
¡qué increíble es la muerte!,
sé que no estoy muerto
y sé que sé que en ellos,
por ellos y con ellos
sigo y sigo viviendo,
pues la muerte en verdad
nunca ha existido
y nunca, nunca, nunca existirá.
Sólo existe la vida y la vida lo es todo.

JUAN CERVERA SANCHIS
México D. F. Noviembre 2011