sábado, 5 de enero de 2013

Cuentos proverbiales

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Una rama gruesa se quebró de un soplo, cayó por el peso que cargaba. Al tiempo, los vendavales jamás vencieron a otra rama ligera, que, por ligera, nada perdía.
Un hombre musculoso enfrentó a un debilucho, le quería robar su dinero. El debilucho sonriente se lo entregó. Le dijo: “Ten, esclavo, son tuyos mis grilletes”. ¿Quién se enriqueció?
El viejo Wilde no podía cargar su piano y llevarlo a la sala de conciertos. Apenas y podía caminar. Sin embargo, sólo él podía cargar con esas invisibles notas musicales que provocaban el llanto del más impasible dictador.
Al verse tanto en el espejo, mientras se maquillaba, perdió un vagón que la invitaba a salir enamorada. Llegó, ese día, tarde a todas partes.
En el titular, del periódico de esta mañana, venía un corrido: “No lo mató una bala/ lo mató el amor/ que aquella hierba mala/ le bajó la guardia/ al ricachón, y lo rindió.”

Abraham Peralta Vélez 

Las piedras


Juan Cervera Sanchís J. y R.
Las piedras lloran y lloran.
Canta el agua.
Los caminos van y vienen
y vienen y van las lágrimas.
No volverán. Nunca vuelven
los adioses. Sufre y calla
la ausencia herida de ausencia.
La nostalgia
cierra los ojos y sueña.
Canta el agua.
Las piedras lloran y lloran.
Todo pasa.

NUESTRA VIDA

Suspirar y suspirar.
Sumar y sumar suspiros.
Sumar, sumar y sumar.
Nuestra vida es un suspiro.
Un suspiro, ¿y nada más?
¿Qué más, qué más que un suspiro
es nuestra vida? ¿¡Qué más!?
Un suspiro es nuestra vida,
una irrealidad fugaz.
...Hasta que al fin y por fin
dejamos de suspirar.

SE ME OLVIDÓ

Se me olvidó el recuerdo.
Se me olvidó el olvido.
Te olvidé, vida mía.
Me olvidé de mí mismo.
Se me olvidó quien soy
y olvidé cuanto he sido.

JUAN CERVERA SANCHIS JIMÉNEZ Y RUEDA.
Museo Franz Mayer (Claustro).
Domingo 16 Diciembre 2012. Ciudad de México.