domingo, 26 de enero de 2014

Catedral de México


En la Catedral de México
se quedaron, mi Vida, tus cenizas,
tú, ¡bendito sea!, te viniste conmigo
y tu alma y yo vivimos plenamente
bajo el radiante cielo azul de Andalucía.

En la Catedral de México
se quedaron, mi Vida, tus cenizas,
tú no, tú no te quedaste
en los sombríos subterráneos
de la Catedral de México,
porque tú, mi Amor, tú,
jamás fuiste ceniza y jamás lo serás.
Tú siempre fuiste luz y luz continúas siendo;
preciosa y noble luz que me ilumina
y amorosamente me acompaña donde quiera que voy.

JUAN CERVERASANCHIS JIMENEZ Y RUEDA

ANDALUCIA Enero 2014



TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma