lunes, 8 de febrero de 2010

Efervescente balbuceo.

Efervescencia.
Los astros colorean
en cuerdas de iris
el agua de este vaso,
este vaso que he de ser yo.

Efervescencia.
Me ahoga un vaso de agua clara
en la sed clara de mi lengua
en la clara prisa de mi muerte.

Efervescencia

tomo un sueño tras otro,
vivo,
muere un astro tras otro,
me tomo todo
todo tomo del universo de este vaso:
mis piernas mi corazón mi vegija
mis pulmones mis huesos mis astros...

Efervecencia

mi sangre
en este vaso de claro universo
que yo he de ser

todo de este vaso tomo de este vaso
claro de agua clara, que he de ser yo,
y me ahoga la prisa de la muerte
al morir el agua en mi garganta
mi lengua tiene sed
al morir el agua en mis labios
agua de astros celulares H2o,
sueños como astros como celulas como átomos
que tomo como un vaso de agua clara
vaga en mí,

en la prisa clara
de la sed en demasía
con que ahora tomo
un vaso de agua clara sin aclarar siquiera
el balbuceo de este claro vaso de agua H2o
claro de agua clara sin aclarar siquiera
el sabor de lo que he de ser yo.

Abraham Peralta y Vélez

domingo, 7 de febrero de 2010

La poesía

El plato
la cuchara
el tenedor.
La autoridad
hiriente del cuchillo.

La mano
el hambre
el hombre,
la mujer
el abuelo
el niño.

La mesa
el mantel
la silla.
El arte de comer.
¿Es un arte comer?
No lo sé
yo no lo sé.
Yo me crié en el hambre
y el hambre no es un arte
¿o sí es un arte el hambre?

El plato
la cuchara
el desayuno
el almuerzo
la merienda
la cena.
Los que no tienen plato
ni cuchara
ni mesa
ni cuchillo
ni tenedor
y ni siquiera,
oh Dios,
comida,
aunque sí hambre,
mucha hambre,
hasta el fatal extremo
de morirse de hambre.

¿Qué otra historia
prefieres que te cuente?

La poesía
puede ser un garbanzo,
una lenteja,
una papa
un ajo
una cebolla,
una sardina
un huevo de gallina
un muslito de pollo
una mano de cerdo.

La poesía
no es un balón de fútbol
no es una raqueta
no es un guante.
No es la poesía, no,
lo que creen y cultivan
los poetas
amantes de la fama
y de los premios.
La poesía... ¡Qué sé yo!
(¿Qué otra historia
prefieres que te cuente?)

La poesía...

El plato
la cuchara
el tenedor.
La autoridad
hiriente del cuchillo.

El hambre
el hambre
el hambre.
El hambre, no el hartazgo,
tal vez sea la poesía.

Juan Cervera Sanchís

viernes, 5 de febrero de 2010

Desesperada búsqueda

Quítame de encima empújame a la tierra
empújame a mi cuerpo
a lo más hondo de mi.

Quítame el habla con los dientes
la lengua
para ya no escribir sobre ti
buscándome a mi.

Quítame cada parte de mi cuerpo
crea otra forma más desde mí, desgárrame.

Quítame el cráneo, empieza por el cráneo,
es un buen comienzo,
puede que ahí me encuentre,
en mi químico cerebro,
empieza por él,
rómpelo para que desaparezca,
que no quede lo que siempre queda
pues no queda nada,
písalo, hazlo polvo es polvo
y del polvo, tal vez yo nazca.

Quítame el rostro, los rostros,
no quiero tener más rostros que no conozco,
no quiero,
quítame los ojos ,desgárrame,
no quiero ver más el reflejo de mis ojos,
quiero ver mis ojos desde mis ojos.

Quítamelos,
doliéndome en lo más hondo,
para no mirar más tus ojos
y enamorarme de unos ojos que jamás se han visto.

No quiero mirar más olvido en las aceras,
no quiero ver como se vuelve a ocultar el sol,
como la luna no se pone.

Empújame a mi cuerpo
cuerpo siento pienso
cuerpo pienso siento
mi lenguaje que es poético
sólo sé
es un reflejo
no sé
sólo quítamelo

hazlo tuyo si lo quieres
o regálaselo a quien quieras
tíralo al polvo es polvo.

Quítame el cuerpo
encuentra mi sombra.

La sombra que soy
sombra de mi
sombra nombra la ausencia
soy la sombra que busca su sombra.

Soy la sombra que busca tu sombra.
Quítame el cuerpo,
desgárrame para desgarrarte,
y darnos un poco de luz en las sombras.

lunes, 25 de enero de 2010

Fotografías

Luz y fuerza en el cosmos
es el hombre que trasciende
la tierra que pisa con decoro.

Anda en la ciudad ligero
absorto en sus estrellas
recoge una piedra que es espejo.

Para oler el universo,
basta una taza de café...
¿Qué significa todo esto?

Todos son parte de mí,
pero sólo existes tú.
Vuela mariposa en ti.

El viejo y su soledad amada
en el nostálgico ocaso,
enmudecen en una banca.

Sostenidos por la fantasía,
flotan los globos del niño,
y nos enseñan a asir una alegría.

–Niño, el globo se fue;
voló, murió… Lloro en mi puño.
Algo mío se fue con él.

El barrendero, sueña y barre,
los sueños tirados por la gente,
y al asirlos, ya caducos, se le desacen.

El obrero taladra bajo las estrellas
-trabajando para la vida-,
el cemento de la veredas.

El sentido no es la victoria,
es inevitable la derrota,
todo se pierde, hasta la gloria.

domingo, 24 de enero de 2010

Permanencia

Mujer, ¡se rompió el cielo…!
Y un Dios cansado
se escurre entre tus piernas.
Oh mujer, te dejo mi dolor de ser
humano.

Abraham Peralta y Vélez.

Luz del sol

Canta la luz del sol, y sonríe,
entre tus manos
jugando con sus sueños de oro en rama.
La luz del sol, y el Sol,
tuvieron sus días niños
y sus lunas de miel y sus planetas de agua,
verdiazules,
como tú y como yo, ¡oh amada mía!
No siempre el pensamiento tejió penas,
peinó filosofías desoladas
y se enredó en sí mismo.
Todos, alguna vez, como el Sol,
fuimos acción radiante
y, sin sentido alguno del ahorro,
despilfarramos gracias
arrojando sin más y porque sí
nuestra fortuna al viento,
inundando los montes y los prados
de flores y de alas
y llenando, las tardes sin escuela,
de par en par abiertas al gozo y la poesía
de estar vivos, de niños el paisaje,
con la ilusión sin fin de que la libertad
no es ningún imposible.
¡Oh, sí, amadísima amada,
por siempre amada y mía!,
no olvides, nunca olvides,
no vayas a olvidar
que la alegre y graciosa luz del sol
canta y canta, y sonríe,
entre tus suaves manos,
jugando con sus sueños de oro en rama,
en tanto que tú y yo, vida mía, retornamos
a nacer
nuevamente
con las lluvias de mayo.

JUAN CERVERA SANCHÍS

Tierra húmeda

Tierra húmeda es poesía en actividad cambiante. Es tierra húmeda y fertil que en la espiga lírica se transforma hasta ser grano: poema y del poema el pan. Cada grano que ha nacido en la historia poética de la humanidad es distinto, aunque la dínamo que lo anima sea una constante: la emoción humana en su devenir, dándole forma en una expresión estética, musical como la poesía, utilizando el lenguaje para reencontrarse consigo mismo e intentar resolver las múltiples interrogantes de la vida. La poesía empezó en la tierra húmeda para acabar en el pan que sacia el hambre de belleza, dolor y sueños. Tierra húmeda espera ser el pan poético de cada día.