jueves, 28 de abril de 2011

Coplas sentimentales

Estrellas en el estanque
burbujean ignorándose
en conflictos constantes.
¿Soy quién, dices, quien soy yo?

Estoy buscando el camino,
entre caminos de azar,
para encontrarme, camino,
camino en la adversidad.

Dejar ser, no enjuicies más
con las jaulas del saber,
descubre el ave al volar,
ya será quien quiera ser
mientras va siendo al pasar.

Sólo sabrás de la luz
si estudias las partículas
y no olvides que también
es onda y es poesía.

La flor irradia alegría
como una hermosa mujer
y algo de triste vida
raíz difícil de ver.

La lluvia nunca termina
cuando acaba de llover,
la lluvia siempre da vida
a los muertos por nacer.

Qué difícil distinguir
y saber de la verdura,
marchante, hay que sentir
y dudar de la hermosura.

Nunca digas nunca, poeta,
pues digo siempre nunca,
nunca dejaré este camino
de amor, fantástica luna.

Aunque silencien a golpes
de hambre y maten la voz,
siempre, siempre habrá poesía
muy hondo en el corazón.

Qué importa sino se encuentra,
si se sufre, si se pierde;
qué importa sí o no real,
si envilece y ennoblece
la mirada entre los hombres
y se busca y se siente.

Como me ves te verás,
yo no sé si me veré
en aquel camino suyo,
sólo sé que moriré.

Dejaré de ser como tú,
le dije a mi espejo,
niño. El tiempo pasó
todavía en el reflejo.

Yo no quiero andar triste
y marchitar el amor
que dejaron bisabuelos
en el campo del dolor.

En mí existe la guerra
del deseo y del control.
Escuche que el bajo instinto
se cura con el amor.
Deja saberes y andares
y escucha a tu corazón.

Todo por servir se acaba
y acaba por no servir.
Pues he sentido al vivir
que al acabarse no acaba
y acaba por servir.

No se hable nada más,
Dios, colibrí incoloro.

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