Allá ellos, uno siempre en otro lado
-triste nube interna- viaja, florece
enredándose al Ser, y amanece
de la quietud en hombre trashumado;
cual si fuera un Pirul en Dios callado,
tronco y cielo errante, que envejece
del sustrato del agua y reverdece
del polvo en polvo cósmico, alado.
A la sombra mi esencia vagabunda
viaja, si enmudezco; y me miran
ignorantes del cosmos que me inunda.
No he de ser la corteza -rotunda
expresión temporal-. Si deliran,
allá ellos, polvo soy, ave fecunda.
Abraham Peralta Vélez, 7 de Agosto de 2011.
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