Justo al caer, te levantas,
y, si te levantas,
sabes que caerás de nuevo.
Sabes muy bien la verdad,
tú solo te engañas.
¿Con vivir, qué ganas? Nada.
¿Qué pierdes? Todo.
La vida nos sobrepasa
y, en su secreto,
caemos y caemos y caemos.
Ella, sea lo que fuere,
gana y gana si perdemos.
No somos más que escombro de la luz,
energía de la energía,
mineros de un diamante caprichoso.
Jornaleros, mano de obra,
de una obra que ignoramos
para qué se levanta,
con el sol, cada mañana.
Y a veces la sentimos nuestra.
De cierta manera lo es.
Lo sabes muy bien. Te engañas.
Y es digno de un ser humano
engañarse en los pájaros,
en las fuentes y en las flores;
tener fe en su destino
y amar la mina, el pozo;
aunque sepa que se engaña.
Y es digno, entonces,
morir con la fe
y con la espina, morir
de cierta manera nuestra,
de cierta forma la vida.
Abraham Peralta Vélez
y, si te levantas,
sabes que caerás de nuevo.
Sabes muy bien la verdad,
tú solo te engañas.
¿Con vivir, qué ganas? Nada.
¿Qué pierdes? Todo.
La vida nos sobrepasa
y, en su secreto,
caemos y caemos y caemos.
Ella, sea lo que fuere,
gana y gana si perdemos.
No somos más que escombro de la luz,
energía de la energía,
mineros de un diamante caprichoso.
Jornaleros, mano de obra,
de una obra que ignoramos
para qué se levanta,
con el sol, cada mañana.
Y a veces la sentimos nuestra.
De cierta manera lo es.
Lo sabes muy bien. Te engañas.
Y es digno de un ser humano
engañarse en los pájaros,
en las fuentes y en las flores;
tener fe en su destino
y amar la mina, el pozo;
aunque sepa que se engaña.
Y es digno, entonces,
morir con la fe
y con la espina, morir
de cierta manera nuestra,
de cierta forma la vida.
Abraham Peralta Vélez
Abraham Peralta Vélez |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario