El joven discípulo le preguntó al maestro:
-¿Hay algo en esta vida, maestro, más valioso y precioso que ser amado?
-No puedo creerlo, maestro, le replicó el joven discípulo desde su imperiosa ignorancia y su ciego y voraz egoísmo.
-No importa lo que tú creas o sientas, pero te advierto que hay algo mucho y mucho más valioso que ser amado.
-¿Qué puede ser maestro? Dígame.
-Más y más valioso que ser amado, y espero que no te mueras sin haberlo experimentado y vivido, es haber amado sin necesidad de ser amado. No hay más alto y bello valor.
-Maestro, ¿no está usted loco?
-Que más quisiera yo que estar loco, mi cuerdo muchacho.
Juan Cervera Sanchís Jiménez y Rueda
TieRRa HúMEda Poesía para que florezca el alma
No hay comentarios.:
Publicar un comentario