lunes, 4 de julio de 2011

Palabra de honor

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Qué difícil unir, a cada paso,
la palabra, Amor, con lo vivido,
y andar amando, trascendido.

Ser loco, envolverse de las raíces
lejanas, cuando el alma se alzó,
en el austral remanso solitario,
creyendo en el fuego que forjaba.

Qué difícil andar amando. Qué
de pronto, el camino se nubla pasado,
y ya no es, la luz, nuestra, serena.

Entonces, a sangre y alma, herimos
olvidados de nosotros.

¿Por qué al enfrentarnos a la vida,
violentamos el fuego, la fogata,
que nos sirvió de hermosa compañía,
en la noche, tanto menos, sola y triste?

Qué hermoso será el día cuando logremos.
“Yo soy mis palabras”. En cambio
no hemos sido, el sueño enamorante.

Porque el fuego se disipa, y mudan
los pétalos encendidos; ruego
no sea en mí del fuego la mudanza.

No me olvides, Amor, y no te olvido,
no me desampares, llévame,
seamos un solo fuego trascendido.

Abraham Peralta Vélez, 26 de junio de 2011

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